1.- Fruta y verdura: tus compañeras inseparables
Una alimentación saludable nos ayudará, entre otras cosas, a evitar el cansancio y la aparición de la archi-temida astenia primaveral, tan asociada a esta estación. Recuerda: tu dieta debe incluir unas cuatro o cinco raciones de verduras y frutas frescas. Aprovecha las que están de temporada.
2.- Sol, con (mucha) precaución
Con el esperado cambio de hora, la primavera es una gran oportunidad para pasar más tiempo al aire libre, pero hay que tener cuidado pues los rayos del sol en esta estación son igualmente intensos y nuestra piel está más vulnerable que nunca. Es obligado extremar la precaución y protegerse con cremas con factor de protección, viseras, gafas y ropa.
3.- ¡Alergias a raya!
Pocos se salvan, pero si somos precavidos podremos evitar o reducir sus incómodos efectos. Utiliza gafas de sol y evita hacer ejercicio al aire libre en días y horarios que presentan una alta concentración de polen primaveral. Dentro de casa es importante ventilar y mantener una buena limpieza del hogar.
4.- Agua!!!
Ten agua siempre a mano y no esperes a tener sed para beber. Lo ideal sería que bebiésemos a diario entre 1,5 y 2 litros. Recuerda que las frutas y verduras, consomés e infusiones son una excelente manera de seguir hidratándonos. Los beneficios de estar hidratados son tantos que no caben en este post, aunque pronto le dedicaremos uno.
5.- Ejercicio, regular
¡Sin excusas! El día sigue teniendo 24 horas pero las ganas de estar fuera de casa se multiplican por 5. Así que aprovecha y dedica una hora al día a dar ese paseo ligero, la clase de zumba, el Pilates, el yoga, el crossfit. No importa la intensidad… la clave está en la regularidad. ¿A qué esperas para empezar?
6.- Aprende a parar
La primavera nos da alas para realizar muchas más actividades, asistir a eventos, citas, reuniones, practicar ejercicio e incluso alargar la jornada laboral más de lo recomendable… Pero hay una lección muy importante que debe entrar en juego: aprender a parar. Ser conscientes de que tampoco hace falta estar las 24 horas del día en marcha y de vez en cuando, decir que no. Toma unos minutos diarios en relajarte. Un paseo, un baño relajante, una lectura reposada… Cuerpo y mente te lo agradecerán.
7.- Tu actitud en el centro
Porque la primavera no es un reloj exacto que se inicia el 21 de marzo. La primavera es una actitud, una manera de enfrentar la vida y el día a día. La primavera es luz y energía, es vitalidad y optimismo y crecimiento, y eso es algo que también se contagia y está presente en los pequeños detalles.